Más allá de la Inteligencia Emocional: La Educación emocional.
Se ha observado que, practicando durante un tiempo una serie de transacciones, la persona mejora visiblemente su inteligencia emocional. Será capaz de hablar con más confianza de sus emociones, ser empático con las emociones de los demás y hacer frente a los problemas emocionales de una manera reflexiva, amorosa y efectiva, mejorando, así, sus relaciones en casa, en el trabajo y en el mundo.
Dichas transacciones son las siguientes, y hay que tener en cuenta que cada una representa una experiencia de aprendizaje emocional.
- Hacer caricias y aceptarlas, si son deseadas, o rechazarlas si no lo son.
- Identificar y nombrar nuestras emociones, sus intensidades y causas.
- Informar a otros de las emociones causadas por sus acciones, sin juzgar o cupar al otro, y como respuesta, aceptar el hecho de que hemos causado ciertas emociones en otros.
- Hacer suposiciones intuitivas acerca de las emociones de otros y validar o corregir las intuiciones de los demás sobre las emociones propias. De esta forma afinamos nuestras capacidades intuitivas y empáticas.
- Corregir los errores emocionales y los daños causados por estos errores cuando se produzcan.
